Los resultados de chilenas por el mundo del 23 y 24 de noviembre
La participación en los Juegos Olímpicos, la reapertura de los estadios, las transmisiones de casi todos los partidos y los ratings en subida. El fútbol femenino dio un salto durante 2021 en Chile.
Me gusta pensar que todos los años, desde hace varios años, son el año del fútbol femenino. Porque se dijo eso en 2016, cuando volvió La Roja después de quedar eliminada del ranking FIFA. También en 2017, porque confirmaron que la Copa América sería en Chile. Luego en 2018, cuando efectivamente fue la locura del torneo en La Serena y Coquimbo. En 2019 para qué decir, si fue el año del Mundial de Francia. Y en 2020, a pesar de la pandemia, hubo muchos cambios y avances en los torneos. Pero para mí, en 2021 el futfem explotó y arrasó con todo.
El Consejo de Presidentes de la ANFP puso en su reglamento que todos los partidos debían tener transmisión; si no era DirecTV Sports, el club o algún medio debían hacerse cargo. Y en caso de no levantar streaming, debían entregar el video resumen de partido, con sus respectivos goles, para difusión en prensa. Efectivamente así fue; a pesar de que no todos los partidos fueron transmitidos, sí tuvimos las anotaciones de cada uno de ellos.
De 127 partidos con que contó el torneo de Primera División, solamente 14 no tuvieron transmisión. Destaca la fecha 14 como la peor, ya que contó únicamente con 5 streamings. Eso da un 89% de los partidos televisados, un amplio incremento respecto a torneos anteriores. Además, DirecTV firmó un contrato con los clubes para emitir al menos un partido por fecha y parte de la fase final.
Si se tiene en cuenta que DirecTV alternó a los equipos que televisaba, con al menos uno al mes fuera de Santiago, es que el rating evidentemente también fue en alza. Los clubes con más visualizaciones en redes sociales fueron Colo-Colo y Universidad de Chile, quienes promediaban más de 100 mil personas en cada transmisión; 35 mil en YouTube, 65 mil en Facebook.
Pero eso no fue todo, ya que además este año se celebraron los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Dos de los tres partidos que disputó La Roja fueron a las 3:30 am, mientras que el tercero fue a las 7:00 horas. TVN transmitió a la Selección Chilena y en uno de esos encuentros tuvo 6 puntos de rating, con un peak de 10; al mismo tiempo, Mega promediaba 3,9, CHV 4,1 y Canal 13 2,7. Bomba.
Canales de TV abierta se sumaron a las transmisiones y Canal 13 emitió, además de partidos de Copa Libertadores Femenina 2020 (en marzo), la Gran Final 2021 entre U de Chile y Santiago Morning. Ese día, por si fuera poco, el estadio tuvo el récord de público para partidos de torneo nacional en Chile, con 9 mil 250 espectadores oficialmente controlados.
Cualquiera que haya estado en Santa Laura podría decir, con certeza, que había más de 11 mil personas presentes. Las filas para entrar al recinto deportivo eran eternas. De hecho, la primera venta de entradas duró apenas media hora, ya que los seis mil tickets vendidos se agotaron. ANFP debió solicitar la ampliación del aforo a la Gobernación Metropolitana, quienes finalmente autorizaron cerca de 13 mil espectadores (60% de la capacidad del estadio).
Y ese no fue el único récord, y es que el anterior lo tenía el partido que disputaron Colo-Colo y Palestino por el cupo Chile 2 a Copa Libertadores Femenina 2019, con alrededor de cuatro mil 200 personas. Los partidos del Cacique tenían un aforo máximo permitido de cinco mil aficionados, y cada semana las entradas quedaban prácticamente agotadas, por lo que rompieron la marca al menos dos veces antes este año.
¿Qué decir? El público se interesa. Si a la gente se le ofrece fútbol femenino, la gente consume fútbol femenino. Ojalá que cada vez haya más medios que hagan coberturas completas (o tan completas como puedan) de los torneos nacionales; que cada vez más canales se interesen en transmitir por TV abierta y que los clubes se la jueguen por levantar streamings de sus partidos. Que vendan entradas, que a la gente le gusta ir al estadio. La respuesta está ahí, está clara: el futfem vende, ¿por qué no quieren aceptarlo?
Foto: Contragolpe
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