Los clubes, como todos los años, se han llenado la boca conmemorando a sus jugadoras por el Día Internacional de la Mujer. “Igualdad” y “luchadoras” son las palabras que más se repiten, mientras siguen dándoles migajas y malas condiciones a sus jugadoras.
“Nosotras somos igualdad”, tituló la ANFP para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Que la mujer es lucha, es fortaleza, es sororidad, es fútbol. Pero, ¿por qué seguir con la misma cantinela y el mismo discurso vacío de todos los años? ¿Por qué llenarse la boca con sus saludos si en la práctica la igualdad no existe?
Este 8M comenzó con una entrevista a Constanza Minoletti en La Tercera, en que aseguraba que en los últimos 20 años el futfem ha conseguido lo mismo que los hombres lograron en 80. Pero sin ir más lejos, el campeonato femenino sigue sin ser profesional y la mayoría de las jugadoras todavía no tienen contratos y se dedican a dos y hasta tres labores además de ser futbolistas. Así que no, efectivamente no se ha conseguido lo que ellos lograron en ocho décadas.
Sí, han habido avances, son innegables. Y en Contragolpe hemos sido los primeros en aplaudir todos y cada uno de ellos. Pero el 8 de marzo es un día de lucha, de reivindicación, y creo que como dice el meme, ya basta de estupideces. Basta de conformarse con migajas y tener que andar haciéndonos los tontos cuando hicieron dos cosas malas, solo porque antes mostraron dos cosas bien hechas.
Actualmente solo siete clubes tienen contratos profesionales: Colo-Colo, Santiago Morning, Universidad de Chile, Palestino, Fernández Vial, Universidad Católica y Deportes Puerto Montt, en orden de mayor a menor cantidad. Las Cruzadas apenas entraron este año a la profesionalización, y aunque han vivido avances, solamente dos jugadoras podrían vivir del fútbol y dejar todas sus otras responsabilidades; esto, mientras la institución goza los réditos del tetracampeonato histórico de la rama masculina.
Al mismo tiempo está Deportes Antofagasta, cuyo debut en el Campeonato Femenino probablemente vuelva a retrasarse porque no están entrenando; el cuerpo técnico llegó esta semana a Chile y apenas pudieron conseguirse una cancha de baby fútbol, porque el club no se hizo cargo de organizar una pretemporada completa.
Da rabia tener que escribir esta columna con casi las mismas palabras todos los años, con pocas variaciones entre una y otra. Da pena que sigan llenándose la boca con la igualdad y las mujeres luchadoras y no sé qué. A la hora de los quiubos, no son capaces de concretar esas palabras en acciones y en desarrollo y fomento en serio de la disciplina.
Nosotras no somos igualdad, porque esa igualdad no existe. Porque, tal como señala el video que publicó Colo-Colo este martes, aún hay mujeres que sufren de abuso, que temen vestirse de corto por el acoso, que son amenazadas e insultadas por cumplir con su trabajo, que deben demostrar todo el tiempo lo que valen. Que son parte del 83% de jugadoras de fútbol que en 2021 no recibían sueldo por defender una insignia todos los fines de semana.
Mañana vamos a aplaudir todos los avances que los clubes realicen con el fútbol femenino. Mañana será el día en que, nuevamente, nos esperancemos con que las cosas pueden mejorar. Hoy no. Hoy dejamos que nos consuma la rabia. Porque no importa cuánto queden en evidencia las instituciones; para ellos, las mujeres siguen relegadas a un segundo plano, aunque lo camuflen con un par de gráficas en redes sociales, una insignia en morado y fotitos bonitas de las jugadoras.
Foto: Gentileza
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