Los cruces de play-offs del torneo de Clausura 2024 del fútbol formativo
La ex capitana de Universidad de Chile dejó el país y partió rumbo a Suecia, para firmar con el Djurgårdens. En exclusiva con CONTRAGOLPE, Zamora reveló cómo ha sido planificar la mudanza en cuarentena, lo que fue la Copa Libertadores con la U, habló de sus 15 años como seleccionada nacional, anticipó el repechaje olímpico ante Camerún y lo que significó retirarse del fútbol en 2014.
Daniela Zamora tiene 30 años. Es ingeniera en Información y Control de Gestión de la Universidad de Chile de título, pero futbolista de profesión. Ya van 15 años desde su primera convocatoria a la Selección Chilena, fue mundialista en Francia 2019. Ganó las amistosas Copa Uber (2019) y Turkish Women’s Cup (2020) y hoy es una de las 22 seleccionadas de La Roja que dirán presente en el repechaje olímpico ante Camerún, los próximos 10 y 13 de abril.
En entrevista exclusiva con CONTRAGOLPE, Zamora habló de todo y más. Desde su paso por Universidad de Chile, su fichaje con Djurgårdens de Suecia, su repentina mudanza, hasta su primer gol con La Roja cuando Marta Tejedor aún era seleccionadora, su retiro del fútbol (2014-2018) y su regreso a las canchas ya como profesional.
— Dani, cuéntanos tus días de locura, desde que llegaste de Argentina hasta el lunes en la noche, que te vas a Suecia.
— Ha sido demasiado intenso. Estuvimos en cuarentena la mayor parte de la semana pasada y el sábado nos dejaron libres. Con muchas cosas que hacer; arrendar el departamento, vender el auto, ir a la notaría, y cerrar varios temas. Y hoy (lunes) es mi primer día hábil y viajo en la noche, entonces he estado vuelta loca, pero ya todo está andando y estoy muy ansiosa de que esto parta y de vivir esta nueva aventura.
— ¿Cómo se gestó este viaje a Suecia? Porque fue súper sorpresivo, llegas de Argentina y altiro para Suecia. ¿Qué pasó?
— La propuesta me llegó antes del partido del repechaje a la Copa Libertadores, contra Colo-Colo. Se jugó un viernes y la propuesta me llegó el jueves. Yo le dije a Édgar (Merino, su representante) que no voy a ver nada hasta después del partido, porque estaba full concentrada con eso y no me quería salir de ahí. Después del partido veo la propuesta, jamás pensando en irme. Pensé, ‘a ver, vamos a cachar qué es esto’ y me pareció una propuesta interesante, pero yo tenía que viajar el 8 de febrero, que era a mitad de esa semana.
Y le dije a Edgar, ‘¿cómo? Tengo demasiadas cosas acá, no me puedo ir así. Sorry, pero no puedo. Sé que la propuesta es muy buena, que las oportunidades son únicas, pero si me estás diciendo que me tengo que ir en tres días más… Sorry, pero la verdad es que no’. Él se lo comunicó al club, ellos dijeron que me podían esperar hasta después de la Copa Libertadores, porque yo sí o sí la quería jugar, y aceptaron.
Así que me tocó tomar la decisión de si me iba o no. Fue muy difícil, por todo lo que tengo acá; estaba muy cómoda en el club, tengo mi vida formada, mi familia. Pero son oportunidades que no se dan nunca y hay que aprovechar, así que vamos a ver qué pasa.
— ¿Es contrato por un año? ¿Te vas con tu familia? ¿Cómo será tu mudanza para allá?
— Me voy con mi señora y mi perrito. El contrato es por dos temporadas; termina en noviembre de 2022, así que esperamos estar allá los dos años completos.
—¿Cómo se ve el desafío de enfrentar a defensoras suecas? No es la primera vez de Dani Zamora contra ellas, eso sí…
— No es la primera vez, pero en la primera nos fue mal, jajaja. La verdad es que me estoy preparando para correr mucho. El nivel de ellas es muy bueno. La liga sueca es una de las top 5 de Europa, sé que es un desafío importante; voy con hartas ganas a tomar la responsabilidad, porque quiero hacerlo bien. Entrenar y confiar en las habilidades que una tiene, que por algo me llamaron.
— Fue muy emotiva la Copa Libertadores. ¿Cómo la sentiste? ¿Se sentía esa emoción, que estaba todo el país pendiente? Que todo el país veía los partidos de la U, del Chago, que alentaban a las jugadoras.
— En el fútbol femenino se da una cosa muy linda. No hay colores, uno apoya al fútbol femenino, quiere que le vaya bien al deporte en general, independiente del equipo que esté. Nosotras nos juntábamos en la cena a ver los partidos del Chago, hinchábamos por ellas. Después ellas nos mandaban mensajes, que nos fuera bien en el partido. Y lo que pasó acá, también. Uno se da cuenta a través de las redes sociales el apoyo y lo que generamos en la gente fue lindo y muy emotivo.
— Fue más allá del fútbol femenino, esta vez. Fue tendencia en todas las redes sociales, todo el mundo las veía, todos hablaban de lo que hizo Dani Zamora. Eso hace tres, cuatro años no se veía.
— Sí, hace años era imposible. Justo estábamos hablando, antes de ir a la embajada, que el guardia del edificio me dice ‘Daniela Zamora, me suena tu nombre’. Le dije ‘sí, yo juego fútbol’ y él me respondió ‘¡sí, la Chunchita!’, algo que era impensado tres años atrás. Nadie nos conocía, nadie estaba pendiente de nosotras, y ahora el interés por el fútbol femenino es cada vez más grande.
— Estuvieron tan cerca de la final…
— No me digas, todavía no puedo dormir por eso. Pero yo me quedo tranquila por lo que hicimos, para ser nuestra primera Copa, la primera de la U, una queda con esa sensación amarga porque estuvimos muy cerca. Pero si nos hubiesen preguntado antes, nosotras queríamos pasar la fase de grupos y ya con eso estábamos felices. Llegar a ser cuartas de América fue un gran logro.
— La revancha será ahora, en todo caso…
— Sí, ahora el equipo se queda con esa responsabilidad y esas ganitas de sacarse la espina. Encima jugando acá, en Chile.
— ¿Las vas a seguir desde Suecia? A la hora del níspero, probablemente.
— Las voy a seguir a la hora que sea, veré los partidos. Son mis amigas, una hace amigas en el equipo, así que obviamente voy a apoyarlas y seguirlas todos los partidos. El Campeonato Nacional, la Copa, lo que sea.
— ¿Te gustaba que te dijeran ‘la Capitana Azul’?
— No sabía que me decían así, jajaja. Es un orgullo, qué mejor que ser capitana en el equipo que yo siempre he seguido. Fue un sueño. El año pasado y este han sido un sueño para mí. En 2020 decidí dedicarme al fútbol cien por ciento y que se haya dado todo, la verdad, fue un sueño.
— Hablemos de tu recorrido en el fútbol. Específicamente en la selección. Eres una leyenda de La Roja. Empezaste el 2006, si no me equivoco, en el sistema de selecciones. Debutaste el 2009 en la adulta. 48 partidos, ha sido un tremendo viaje. Has estado en las buenas, en las malas, en todas…
— Las cosas que han pasado en todo este tiempo han sido muchas. Pero estoy contenta de haber tenido esta oportunidad. De estar en la Selección desde tan chica y haber crecido con ella. Toda mi infancia y lo que he vivido hasta mis 30 años ha sido en función del fútbol.
— ¿Te acuerdas de tu primer gol en la Selección? Fue muy importante, Daniela Zamora, le ganamos a una potencia mundial en ese entonces…
— Teníamos, con la profe Marta (Tejedor) una jugada de córner. Y no sabíamos si tendríamos algún córner. China era una potencia mundial y nosotras recién veníamos desarrollando el fútbol femenino acá. Tuvimos solo uno, me llegó el rebote, la metí de rodilla, y pusimos el bus atrás y sacamos ese triunfo, uno de los más importantes.
— ¿Qué pasó que te fuiste del fútbol? Terminó la Copa América 2014 y dijiste ‘listo, hasta aquí llego’ e hiciste tu carrera en el mundo corporativo. Súper exitosa, pero como que te olvidaste del fútbol. ¿Qué pasó? ¿Te olvidaste totalmente? ¿Hasta aquí llego? ¿O qué?
— El 2014 egresé de mi carrera, di el examen de grado, me titulé. Me dije ‘me daré un par de meses para jugar la Copa América que es en septiembre’, me dediqué al asunto. Pero como nos fue mal, no clasificamos ni al mundial ni a los Juegos Olímpicos, decidí que era mi momento, había terminado mi carrera y me iba a poner a trabajar. En ese tiempo, aquí, el fútbol femenino era por amor al arte; una no tenía sueldos, no tenía ninguna ayuda. Y yo tenía mi carrera, ganas de trabajar, y era muy difícil compatibilizar las dos cosas y decidí que había cumplido un ciclo y que tocaba la siguiente etapa: la laboral.
— ¿Y no te picaban los pies por volver?
— De repente quería volver, pero jugaba un par de ligas. Nada comparado a lo que hacía antes, aunque el bichito siempre estuvo.
— Te trataron de convencer que jugaras la Copa América 2018, en Chile, que fue el momento del gran despegue. Dijiste que no. ¿Estabas con la cabeza en otra parte?
— Me llamaron en octubre y yo, en ese periodo, en mi empresa estaba full trabajo. Era el periodo más difícil, porque son los presupuestos. Y me llamaron y dije que no estaba lista para volver. Creía que no era el momento y que nunca lo iba a ser. Dije que no, que por ahora no, pero que gracias por la oportunidad, que estaba más enfocada en mi trabajo.
— ¿Y cómo te convencieron? ¿O te convenciste tú?
— La Tati (Pérez), que es mi mejor amiga del fútbol, siempre me estuvo diciendo ‘ya po, Dani, vuelve’. Ella estaba en la U. Y se dio la clasificación al mundial, la posibilidad de los Juegos Olímpicos, y me dije ‘ok, si no vuelvo ahora, ya no vuelvo’. En ese momento fue tomar la decisión real de si me retiraba del fútbol o le daba una segunda oportunidad. Y como en abril o mayo decidí volver a la U.
Intenté ir a entrenar un día y ver cómo iba. No renuncié al trabajo, así que iba después de la oficina, tuve que hablar con ellos, que si me podían dar permisos para irme antes, que iba a volver a jugar fútbol. Tuve la suerte que a mis dos jefes les encantaba el fútbol y me dijeron que tenía todas las oportunidades de ir y compatibilizar las dos cosas. Empecé día a día, viendo si me daba o no me daba, y aquí estoy. Sigo.
— Zamora dice “me da o no me da”, pero llega a la Selección, primer día. Pruebas físicas. Test y todo. Y gana todos los test, después de cuatro años sin hacer fútbol de élite, ¿cómo lo haces?
— Yo creo que tengo una condición genética que me ayuda, porque no me cuesta tanto retomar el deporte después de dejarlo. Esa vez no me costó tanto. Obviamente, hubo un par de entrenamientos full, que yo sabía que si quería volver a jugar fútbol me tenía que sacar la mugre porque había estado cuatro años parada. Obvio que no es fácil para el cuerpo, pero por suerte las cosas fueron fluyendo y todo resultó como yo quería.
El repechaje para Zamora
— ¿Cómo esperan el repechaje? Yo pienso que debe ser súper jodido mentalmente estar preparándose, que te lo aplacen. Seguir preparándose… que te lo vuelvan a aplazar. En los partidos que se jugaron en Turquía en marzo ustedes ya estaban listas para jugar, era en dos semanas más, y pasa todo lo que pasó.
— Ha sido difícil. En marzo veníamos jugando súper bien, estábamos muy compactadas. Tuvimos una buena copa en Turquía. Nos sentíamos perfecto para el partido… y nos suspenden todo. Después era en febrero, entrenamos todo el verano, y una semana antes nos vuelven a suspender. Pero bueno, al final la pandemia nos enseñó que todo puede pasar, que uno tiene que estar preparado y tiene que adaptarse rápido. Al final, si no te adaptas, jodiste tú no más. Ahora, se supone, que la jugamos en un par de días más y estamos todas conectadas y con el objetivo de ganar sí o sí ese cupo a Tokio.
— ¿Te vas de Suecia a Turquía?
— Voy a estar cuatro días en Suecia y después me voy a juntar con la selección en Turquía.
— ¿Cómo ves la misión de las más experimentadas respecto de la ansiedad por el repechaje? Que se juega, que no se juega. ¿Aconsejan a las más jóvenes? ¿Cómo es eso?
— Creo que el grupo es súper integrador. Tenemos muy buena comunicación entre todas y se dan instancias con el psicólogo, en la cena o en los entrenamientos que nos permiten conversar e intentar bajar esa ansiedad todas juntas.
— ¿Te imaginas en Tokio?
— Sí, me imagino, jajaja. Pienso todos los días en esto, desde hace dos años atrás ya me imagino allá, vivir unos Juegos Olímpicos, debe ser increíble.
— ¿Cómo te imaginas los partidos con Camerún?
— Difíciles, muy complicados. Ellas son muy fuertes y muy veloces, y se va a definir como todos los partidos importantes: por detalles, por concentraciones, y esperamos estar en el momento justo para que todo salga como queremos. La idea es llegar a Tokio, ese es el objetivo y ese es el sueño.
Foto: Carlos Parra Zagal / Comunicaciones ANFP
Comentarios