Lo que celebramos el 23 de mayo

Desde el año 2015, el 23 de mayo es el día internacional del fútbol femenino por iniciativa de la Concacaf. ¿Queremos celebrar en realidad?

Concacaf decidió, a partir del 2015, que cada 23 de mayo sería el día internacional del fútbol femenino. A nueve años de la primera celebración de dicha conmemoración, me retumba la palabra celebración sin masticar un poco de rabia.

Si bien las intenciones de la Concacaf, que bastante más avanzado está que la Conmebol, fueron muy certeras y profundas por querer “unir a todas las asociaciones miembro en la creación de un día memorable del balompié femenino”, se hace un poco vacío en este lado del continente al confirmar la experiencia y el avance.

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¡Pero sí se ha avanzado! Podrán decir y yo también puedo confirmarlo. Claro que sí, pero con cuánta dificultad y trabas por ausencia de voluntad desde los de más arriba.

En Chile se tuvo que legislar para profesionalizar, es decir, por ley el año 2025 las sociedades anónimas deportivas deberán tener contratadas al 100% de sus jugadoras; aunque todavía hay jugadoras que no tienen seguridad laboral, sigue siendo un enorme avance, un indiscutido logro de las futbolistas, su asociación y sus adeptos. Sin embargo, fue obligado por ley y es absolutamente carente de voluntad.

Si se avanza, ¿por qué tanta amargura? Porque el deporte y su desarrollo no existen por convicción y compromiso para la organización, sino por la incesante lucha hasta el cansancio de algunas que no se quedaron calladas y se ocuparon. Además de la fortuna de una contraparte que quiso legislar.

Suerte.

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Pero esto es solo una parte, ¿hablemos de la selección? Un desastroso papel en el repechaje al mundial el 2023, con un rodaje cuestionable desde entonces, sin ambición competitiva. Pasamos de buscar rivales en el top del ranking FIFA el 2019 a poner una delantera en el arco en los Juegos Panamericanos Santiago 2023 por falta de gestión de la Federación.

Porque fue eso, ni más ni menos. Nadie abandonó porque quiso, sino porque no negociaron con el Madrid CFF, Valencia y tampoco Olympique de Lyon la estadía de las jugadoras internacionales en el torneo hasta la etapa final, que excedía los plazos de la fecha FIFA.

¿Me empiezan a entender el enojo? Yo creo que sí.

¿Qué más hay que pedir para profesionalizar al fútbol femenino?

¿Qué tenemos últimamente en el palmarés de las selecciones menores? Dos fracasos el 2024, para la Sub-17 y Sub-20. Ambas quedaron en fase de grupos y sin opción de fiesta mundialista. Por la razón que sea, lo cierto es que sí se está al debe.

¿Qué pasa cuando veo que el 23 de mayo es una fiesta? Necesito un vaso de agua, respirar profundo y volver a ajustar mis expectativas. Esperar que llegue el compromiso de todos los actores, más inversión, mayor convicción y los tan poco vistos proyectos de largo plazo.

Foto: Comunicaciones ANFP